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Quico Cantero.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Comentario de texto "Escenas de la vida cotidiana"

     A poco de acostarse notó Jacinta que su marido dormía profundamente. Observábale desvelada, tendiendo una mirada tenaz de cama a cama. Creyó que hablaba en sueños... pero no; era simplemente quejido sin articulación que acostumbraba a lanzar cuando dormía, quizás por causa de una mala postura. Loas pensamientos políticos nacidos de las conversaciones de aquella noche huyeron pronto de la mente de Jacinta. ¿Qué le importaba a ella  que hubiese República o Monarquía, ni que D. Amadeo se fuera o se quedase? Más le importaba la conducta de aquel ingrato que a su lado dormía tan tranquilo. El pérfido guardaba tan bien las apariencias, que nada hacía ni decía en en familia que no revelara una conducta regular y correctísima. Trataba a su mujer con un cariño tal que... vamos, se le tomaría por enamorado. Solo allí, de aquella puerta para adentro, se descubrían las trastadas. [...]
     Pensando en esto, pasó Jacinta parte de aquella noche, atando cabos, como ella decía, para ver si de los hechos aislados lograba sacar alguna afirmación. Estos hechos, valga la verdad, no arrojaban mucha luz que digamos sobre lo que se quería demostrar. Tal día y a tal hora Juan había salido bruscamente, después de estar un rato muy pensativo, pero muy pensativo. Tal día y a tal hora, Juan había recibido una carta que le había puesto de mal humor. Por más que ella hizo, no la había podido encontrar. Ninguno de estos datos probaba nada; pero no cabía duda: su marido se la estaba pegando.
                                                                                                         Benito Pérez Galdós
                                                                                                         Fortunata y Jacinta
     


     Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo y cronista español. Se trata del mayor representante de la novela realista del siglo XIX en España y, uno de los más importantes escritores en lengua española.
Galdós era hijo de un coronel del ejército, Sebastián Pérez. Él inculcó en el hijo el gusto por las narraciones históricas contándole asiduamente historias de la Guerra de la Independencia, en la que había participado. Lo que hizo que su imaginación fuera desbordante desde muy joven.


     Externamente este texto está dividido en dos párrafos. El narrador es omnisciente, por lo que utiliza verbos en 3ª persona, técnica habitual del realismo.

     Galdós poseía una especial sensibilidad por el lenguaje popular, suele utilizar muy a menudo el diálogo e incluso llega a ensayar novelas absolutamente dialogadas.
Su estilo busca la visión más directa posible de lo que pretende expresar. Cuando narra, se trasluce el humor y la ironía. En los diálogos, el lenguaje se impregna frecuentemente de términos corrientes e incluso vulgares.
El tema de este fragmento es el maltrato que sufre Jacinta por su marido.


     Los personajes de este fragmento, son: Jacinta y su marido.


     Podemos ver repeticiones en las líneas 13 y 14, Tal día y a tal hora y, muy pensativo.
     Soliloquio en la línea 5-6, ¿Qué le importaba a ella  que hubiese República o Monarquía, ni que D. Amadeo se fuera o se quedase?
     Ironía en la línea 9 vamos, se le tomaría por enamorado. 


     Internamente también se pueden ver dos partes, la primera, el primer párrafo y la segunda el segundo.

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