La
vida es igual a riesgo. El que no arriesga no triunfa, pero el que
arriesga puede fracasar. El fracaso es una posibilidad, pero del
fracaso se debe aprender en vez de desmotivar. A
lo largo de la historia, ha habido grandes personas que fracasaron y
si no lo hubieran vuelto a intentar hoy no serían nada.
Todo
el mundo fracasará alguna vez en su vida. Eso es algo que no se
puede evitar, pero, aunque fracasemos, hay que sobreponerse y seguir
adelante. El que con poco se conforma es porque poco se merece. Si
Michael Jordan se hubiese rendido cuando no le aceptaron en el equipo
de básquet del colegio, ahora no sería nada (en el mundo del
básquet).
El
fracaso nos ha de ayudar a mejorar, si fracasamos, buscamos donde
hemos llegado a fallar e intentamos mejorarlo. Abraham Lincoln perdió
ocho elecciones antes de llegar a ser presidente y, cada vez se
levantó y buscó donde había errado y lo rectificó.
En
conclusión, del fracaso tenemos que aprender y no desfallecer por
ello, todos fallaremos alguna vez, errar es humano y, más humano aun
es que siente mal, pero hay que buscar el fallo y rectificarlo.
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